Rasputin se convirtió este fin de semana en uno de los acontecimientos culturales más comentados de Madrid. El estreno mundial de “Rasputin La Sombra de la Corona”, presentado por Jac Ballet en el Centro Cultural Antonio Machado, logró una doble victoria que fortalece la propuesta artística de nuestra escuela. La respuesta del público fue abrumadora y la crítica especializada, Eduardo López-Collazo en El Cultural de El Español, dedicó un análisis que refleja el nivel de madurez creativa alcanzado con este proyecto.

 

 

El artículo publicado en la sección cultural pone el foco en la intensidad emocional y la calidad coreográfica de la obra. López-Collazo destaca la capacidad del ballet para generar una atmósfera que atrapa desde el primer momento y que se mantiene viva hasta el cierre. Ese impacto artístico se construye sobre un trabajo colectivo donde cada detalle tiene intención estética. En Jac Ballet apostamos por una creación que reúne inspiración histórica, narrativa escénica y una visión contemporánea del movimiento, y el resultado conectó de inmediato con el público.

La función del domingo 30 de noviembre nos reunió en su estreno. Desde las primeras escenas se percibió la conexión de los espectadores con la historia de Grigori Rasputin y su vínculo con la familia Romanov. La propuesta de Alessandro Alfonzetti explora dimensiones humanas profundas, como la lealtad, la fe, el poder o la tragedia, sin perder la esencia del ballet como lenguaje emocional. Ese equilibrio generó una experiencia que muchos asistentes describieron como sobrecogedora.

 

 

El público vivió momentos de conmoción y varios testimonios recogidos tras la función mencionan lágrimas, silencios intensos y un aplauso final prolongado que celebró el trabajo de todo el elenco. La interpretación de Miguel Macías en el papel de Rasputin añadió un plus especial en escena, y su aportación artística se extendió también al diseño del cartel oficial del estreno.

 

 

El equipo de Jac Ballet presentó este espectáculo como parte de una tarde que incluyó también “Danzas griegas” y “Libres”, ofreciendo una muestra amplia de la versatilidad del alumnado y del enfoque pedagógico de la escuela. La crítica recibida subraya este punto de forma implícita.

 

La fuerza interpretativa, la técnica, la disciplina y la sensibilidad presentes en cada pieza hablan de un proyecto formativo sólido que mira al futuro con una ambición clara. La escuela trabaja para cambiar el panorama del ballet en España, y producciones como esta consolidan ese camino.

 

La respuesta del público confirma que la escuela se ha convertido en un espacio de creación cultural que atrae y sorprende. Las aulas se conciben como laboratorios de arte donde cada alumno desarrolla su identidad artística con rigor profesional. El estreno de Rasputin demuestra que esa visión da frutos tangibles. La pieza ha impulsado el nombre de la escuela en el ámbito cultural madrileño y ha reforzado una reputación que se construye función tras función.

 

 

La crítica de Eduardo López-Collazo destaca la profundidad y belleza del proyecto, pero también señala algo fundamental, la energía que se respira en la escuela, esa mezcla de compromiso, búsqueda estética y espíritu de compañía que define a Jac Ballet.

Avanzamos con paso firme, con una identidad artística reconocible y con un equipo que trabaja con una entrega admirable. Rasputin ha sido un punto de inflexión que el público celebró, la crítica lo confirmó y en la escuela lo guardamos como un impulso que seguirá transformando la danza en España.

 

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